9.11.09

La maquinaria

Imaginemos un poco.

El jefe de la planta nos recibe a eso de las diez de la mañana. El sol se encuentra detrás de una densa nube gris y apenas dejo de llover hace cinco minutos. La entrada es la de un edificio como el de cualquier otro en la zona industrial de la ciudad. Paredes de ladrillo gris con clavos oxidados aleatoriamente dispuestos.

Después de pasar por las oficinas administrativas donde secretarias y repartidores se ponen de acuerdo para entregar los pedidos se encuentra la bodega. Litros y litros de leche ven el interior de esta nave industrial todos los dias. La refrigeración que requiere el lugar es impresionante. Afortunadamente solo estamos en el interior unos momentos, demasiado frio apra mis dedos sin guantes.

La última puerta es la que nos lleva finalmente al motivo central de la visita. La promesa cumplida de la revolución biotecnológica del siglo XX.

Lo primero que hay que hacer es desinfectarse, y para ello todos los visitantes son obligados a desnudarse, tomar una ducha y atravesar un tanque desinfectante a nado para poder ingresar a la planta. Una vez del otro lado hay trajes especiales para no tener que respirar las altas concentraciones de oxigeno de la planta. Nadie se queja, y el poco pudor que pudiera haber habido se tiene que dejar atrás. Es parte del protocolo, y todos sabemos que la mas miníma infección le cuesta a la planta millones de pesos, muchos.

Una vez del otro lado, la visión es en primer lugar grotesca. No se si grotesca es la mejor palabra, aberrante quizá, no importa, lo que es claro es que hay una rección viceral, de esas que están programadas por la selección natural de hace millones de años. Algunos se contienen, pero detrás de mi estoy seguro que oí a alguien arquearse para volver el estómago. Las risas del técnico que nos sirve de guía no se hacen esperar. Siempre sucede. La mayoría de los trabajadores de la planta necesitan que pasen hasta cinco visitas para recuperarse. La mayoría de los trabajadores de la planta viven agradecidos de no tener que trabajar aqui dentro.

Los 37 grados centrigados a los que se mantiene el cuarto comienzan a sofocarme dentro del traje, nada ayuda a mantener la clama. Frente a nosotros un gran tanque, transparente, recuerda un aquario, pero en su interior no hay peces, hay algo que dificilmente se puede describir, si acaso como un pepino de mar gigante. Un gran intestino, literal. Y su función es, la de un gran intestino. Cada mañana se vierten en el cerca de 10 toneladas de alimento. Alimento, asi genérico, una masa amorfa que contiene materia orgánica. No importa el origen, el intestino es capaz de procesarlo todo y un sistema de filtración ultra avanzado se deshace de todo rastro de metales pesados y toxinas. La lista de toxinas que es posible eliminar usando esta tecnología es increible. Nueve ordenes de magnitud y con una eficiencia de filtración que deja residuos por debajo de la particula por millón. El tour no incluye el cuarto de deshechos. Esa área no se encuentra abierta al público.

Un segundo tanque, menos nausabundo que el primero, pero donde se recolecta el fluido que rodea al intestino del primer tanque es en donde se lleva a cabo la mágia. Una delgada pared, en la cara externa del tanque, se encuentra recubierta de células epiteliales, clonadas todas de las glándulas mamarias de una vaca Holstein de primer nivel. Por ellas escurre leche como una gran catarata blanca, su único trabajo es filtrar los nutrientes del fluido intestinal y convertirlos en oro blanco.

El resto es una planta embotelladora. La maquinaria no tiene conciencia, no la necesita para fabricar leche.

Existen planes para clonar una célula mamaria humana. El fin de los problemas nutricionales infantiles.

Las vacas ahora solo se pueden ver en los zoológicos.

3 comentarios:

MO dijo...

prexxxta para andar iguales .....

Mr. Hide dijo...

No manches... neta no es ciencia ficción? Quede pasmado con tal revelación.

gerencia hostel dijo...

jajaja me recordo la historia de los pollos de kentuchy que clonaban sin pico, sin patas sin plumas listos para usarse, claro que no conozco a nadie que en realidad fuera testigo, como en este caso del intestino lechero que hace muuuuuu!!! jajaja parece buen personaje de pelicula de terror también,