27.8.09

Unhappy

Algunos idiomas contienen mas palabras para decir lo mismo que otras, pero eso permite que las palabras tengan sutilezas y una gama mayor cuando se describen las cosas. Es muy extraño luego encontrar palabras en otros idiomas que describen con mayor precisión lo que uno piensa o lo que uno tiene que construir en español.

Y lo que pasa es que no estoy triste, mas bien siento una ausencia de felicidad, me siento unhappy. No me gusta la manera en la que he estado viviendo las últimas semanas y simple y sencillamente no soy capaz de ignorarme.

Unhappy y aún no sé que se necesita para revertir el efecto. No sé si es externo, mi impresión es que es externo, que ciertas cosas en el mundo que me rodea no están ajustadas, y que el desajuste crónico se vuelve difícil de sobrellevar. El problema es que los desajustes crónicos toman mas tiempo para reparar y requieren de mucha paciencia.

Quizá fuese algo interno, pero lo dudo, tengo la impresión de que si fuera algo interno la sensación sería de franca tristeza, y no de unhappiness. No es hoy que escribo esto que se que está ahi, pero lo escribo para hacerlo presente, para darle su lugar.

Estoy unhappy y no me gusta. No me gusta.

25.8.09

El universo en la mente

La mente es un aparato encargado de reproducir de manera virtual al universo desde dentro del universo. Dicho de otro modo, la mente es un aparato de realidad virtual.

La principal ventaja de ser un reproductor virtual del universo y no contener per se al universo es que las reglas que limitan la realidad física no limitan la realidad virtual, luego entonces la realidad virtual puede contener realidades que no existen en el universo que representan.

Pongamos un pequeño ejemplo. La gravedad. La gravedad es una propiedad inescapable del universo, sin embargo al representar al universo en la maquina de realidad virtual que es la mente, podemos no incluir a la gravedad como parte de un universo imaginado y desintegrarnos al interior de nuestras mentes.

La gran desventaja de tener un universo mas grande que el universo en la realidad virtual de la mente es que es imposible mantener la existencia de dicho universo de manera simultanea durante una cantida de tiempo indeterminada. Solo el universo cabe en esa definición.

Luego entonces tenemos una máquina de realidad virtual en la que potencialmente habita un universo mayor que el que la contiene, pero que en realidad solo puede funcionar como un universo mas grande que el universo que existe durante periodos cortos de tiempo.

Una pregunta interesante es si existe la posibilidad real de un universo que no sea como el universo real. Aun cuando es posible diseñar mentalmente un universo en donde las reglas de este universo no se apliquen, no es posible saber si dicho universo sería autocontenido y congruente del mismo modo que este universo que si existe lo es.

Podemos pensar entonces en el cerebro como una maquina con dos o tres funciones básicas. La primera es conocer el universo, alimentarse de él. Otra parte, la maquinaría encargada de recrear un universo virtual a partir de los datos conocidos del universo real y una máquinaria para darle una identidad a las maquinas adentro de la representación del universo virtual pero que es capaz de interactuar con el universo real.

Evidentemente otras maquinarias mas o menos sofisticadas llevan a cabo otras tareas, pero la representación del yo dentro de la maquinaria virtual y su entendimiento como parte del universo real es uno de los mecanismos mas interesantes. Quizá lo mas interesante es que el sustrato físico que le permite al yo virtual existir es una parte real del universo, pero es una que por el momento sigue siendole inaccesible.

La serpiente que por siempre se alimenta de morderse la cola.

23.8.09

Domingo por la noche

Ideas e ideas. Planean dentro de la mente, planes, cosas, divagaciones. Pero todas con cierta dirección, la de hacer. Pero eso no importa, mas allá de las ideas y de la manera en que se empujan una a la otra con la intención de materializarse lo que quiero ahora es otro ejercicio. Todo son las horas nalga.

Imaginemos una escena simple, un árbol en un campo. Ahora platicame de el árbol que viste en ti, en tu mente. ¿Tiene hojas o no las tiene? ¿Verdes o amarillas?. No sé como es tu árbol, y por lo tanto no estoy seguro que estés mentalmente bajo el mismo árbol que yo estoy en este momento. Y es importante que estemos bajo el mismo árbol, de otro modo la historia no puede continuar, asi que deja te platico como es este árbol y veamos si logro que llegues hasta aqui.

Dependiendo de donde estés parado el árbol se va a ver un poco diferente, si te le aproximas desde el este probablemente lo veas delgado, con ramas que prácticamente tocan el suelo, de hecho las ramas que tocan el suelo son evidentes casi desde cualquier ángulo, bueno, si le das tu espalda a la cara norte del árbol y miras la copa, entonces no verías las ramas que tocan el suelo, pero para eso todavía falta, tienes que llegar hasta aqui primero, asi que sigamos. Hay una vereda que conduce hasta el árbol, baja desde la carretera, y pasa por el río, hay un tronco caido que hace mas fácil cruzar. Desde ahi ya es fácil llegar, vas a reconocer el árbol porque durante las últimas horas del día, cuando el sol lo ilumina con la tenue y roja manta del atardecer, las hojas parecen cambiar de color. Espero que cuando llegues este haciendo algo de aire porque ello hace mas relevante el efecto, pero de cualquier modo es importante que llegues al atardecer.

Debajo del árbol hay una silla, vieja y desgastada, de madera. Alguna vez estuvo pintada de verde, pero ahora solo quedan algunas astillas de color en la parde de abajo del asiento.

Una vez que llegues hasta ahi sientate. Yo sé que la silla parece incomoda, pero no dejes que tus prejuicios te detengan, vale la pena que te sientes. Eso si, no la muevas, te vas a sentar y lo primero que vas a notar es que se mueve, las patas no están balanceadas. No intentes moverla, por favor, es importante. Mecete en la silla, cambia tu peso de adelante hacia atrás, mecete. Ahora cierra los ojos. Solo un instante, no se necesita mas. ¿Oiste? El aire entre las ramas. No tienes que ponerle mucha atención, a partir del momento en que cerraste los ojos el sonido te invade. Es parte de la atmósfera.

Estas sentado, bajo un árbol al atardecer escuchando el aire que mueve las hojas. Una de ellas, en la punta de una rama se agita. Sube y baja con el aire, lucha por mantenerse unida a la rama. Se retuerce con el viento, te recuerda la sensación de sacar la mano por la ventana del aire a gran velocidad. Imaginas a la hoja como tu mano. Y la hoja se desprende y se aleja haciendo piruetas. Volteas a ver tu mano, sigue ahi, pero se siente distinta. Detrás de ti el árbol rechina, no son las hojas ni el viento, es el árbol el que se mueve y cruje.

El musgo sobre el tronco, verde, brillante, húmedo te invita a tocarlo, ya has tocado el musgo antes pero este te extiende una nueva invitación y no puedes decir que no, necesitas saber que el mundo sigue siendo ese del que te enamoraste, ese lleno de texturas y temperaturas. El musgo se siente fresco, retiras la mano y huele a tierra mojada, el aroma del campo cuando acaba de llover.

Gracias por venir hasta el árbol, espero que no te haya sido muy difícil llegar. Vuelve siempre que quieras.

19.8.09

Los falsos positivos

Una de las cosas mas interesantes de la investigación científica son los resultados falsos positivos.

Hablemos un poco del azar, de los resultados positivos, de los sesgos positivos y asi.

Imaginemos que nuestro proyecto es saber de que lado tenemos que poner la moneda en nuestro dedo para que cuando caiga en el piso salga siempre sol.

Tenemos entonces dos inicios posibles y dos respuestas posibles.

Inicio águila en inicio sol. Respuesta águila y respuesta sol.

Imaginemos que empezamos con el inicio águila. Ponemos nuestra moneda con la cara águila viendo hacia arriba, lanzamos el volado y observamos la respuesta.

Imaginemos que la respuesta es águila. Inmediatamente podemos concluir que si iniciamos con águila, no cae sol, pues la pregunta está formulada como "siempre cae sol". No tiene ningún sentido repetir el experimento proque no hay manera de conseguir un "siempre cae sol" a partir de tirar la moneda con un inicio águila.

Ahora imaginemos que al respuesta es sol. Existe la posibilidad de que si empezamos con sol, caiga sol. Pero lo importante es el "siempre cae sol", asi que tenemos que repetir el experimento hasta que caiga un águila. Si en algún momento cae águila entonces tendremos que concluir que no hay manera de que "siempre caiga sol" a partir del estado inicial.

Ahora imaginemos que repetimos el segundo tiro, y nuevamente cae sol a partir de sol y asi sucesivamente diez veces. ¿Son acaso diez veces suficientes para probar "siempre cae sol"? No.

Pero la impresión es que seguir adelante parecería inútil, vamos ya repetimos el experimento diez veces y diez veces hemos tenido el resultado que esperabamos.

Este es un resultado falso positivo.

Aprender a diferenciar falsos positivos de verdaderos positivos es un problema complicado, y como todos los problemas y de acuerdo con Murphy siempre se puede poner mas complicado.

Imaginemos ahora que la idea no es contestar "siempre sale sol" sino contestar la mayoría de las veces sale sol, y definimos la mayoría como 70% de las veces.

Inicio águila, resultado águila. El primer lance para saber si al tirar águila 7 de cada 10 veces cae sol es negativo. Nuestra primer impresión de este resultado (que es totalmente la tripa la que habla y no la razón) es que probablemente empezar con águila no termine con un 70% de soles. Pero la verdad es que tendríamos que hacer el experimento al menos 10 veces. El problema es que en general cuando el primer resultado es negativo la gente tiende a pensar que el resultado final será negativo mas que otra cosa.

El problema viene cuando el resultado es el contrario. Empezamos con sol y sale sol. Lo mas probable es que tengamos mas "ganas" de explorar este resultado y de creer que al final de experimento la premisa "tirar iniciando desde sol resulta en una mayoría de soles" pueda ser cierta.

Ahora como siento que el problema no es aún lo suficientemente complicado pensemos en algo mas complicado.

Imaginemos que tenemos en nuestras manos una moneda que por algún motivo misterioso cae en sol el 70% de las veces cuando uno empieza desde sol. Y repetimos el experimento mil veces y 700 fueron soles.

Este resultado, aún y cuando parece ser la respuesta correcta a nuestra pregunta, también puede ser un resultado falso positivo.

¿Son estos resultados representativos de todas las monedas o solo esta moneda?

Tendremos entonces que lanzar muchas monedas diferentes el número suficiente de veces para poder contestar la pregunta y estar seguros de que el resultado no es un falso positivo.

Pero imaginemos, que tomamos 100 monedas distintas y todas las monedas distintas cuando se les pone en sol el resultado final del volado es sol el 70% de las veces. ¿Como sabemos que el resultado depende de las monedas y no del cuarto donde estamos hechando los volados? Yo se que este último escenario parece absurdo y que la respuesta nos parece exagerada, pero cosas así suceden y sobretodo suceden porque muchas veces queremos ver lo que queremos ver.

Es por eso que las explicaciones alternativas deben ser consideradas y descartadas antes de poder dar una conclusión. Es por eso que la ciencia está llena de ejemplos de resultados falsos positivos. No es sino hasta que consideramos los límites del sistema que podemos saber si nuestro resultado es positivo o solo falso positivo.

14.8.09

Mandibula

Empezó a ser mas notorio hace unas dos semanas, mientras pipeteaba unos sobrenadantes de una placa de cultivo a una placa de elisa. Cada movimiento con la pipeta tiene que ser preciso y las repeticiones deben hacerse con regularidad, mientras mas exacto sea cada paso mas exacto es el resultado final. Pero no solo eso, sino que una vez que las cosas fallan es difícil repararlas, si la punta de la pipeta se cae y se pierde la presión el volumen final en la placa no necesariamente es el que quieres, y no sabes cuanto si hay como para poder completar al volumen final. Del mismo modo, cada paso de cada experimento requiere la misma precisión, atención al detalle, los primeros pasos son menos densos que los últimos pasos. No es lo mismo perder una semana de trabajo que tres meses.

El caso es que desde hace ya casi un año, cada vez que pipeteo cosas importantes tenso la mandíbula, no me gusta, pero es una especie de reflejo de concentración. En general cuando me doy cuenta empiezo a usar la lengua para evitar que los dientes se froten mucho los unos contra los otros.

En lo que va de la semana el problema es que no ha sido como antes, vamos, la presión de la pipeta está ahi, y sigo forzando la mandíbula, pero el reflejo se está escapando de su sitio, ya no es solo mientras pipeteo, también está sucediendo mientras voy de regreso a casa, y en ocasiones tengo que esperar hasta muy entrada la noche para que se me relaje por completo la musculatura parieto-temporal.

Claramente mi mandibula me está hablando y me sugiere que la escuche, me está intentando decir, cada vez menos discretamente que necesito alivianarme, que necesito relajarme y bajarle a la autopresión. Tristemente por el momento no tengo como dejar salir algo de la tensión con algo de deporte, pegarle a la pelotita siempre es alivianante, terminar rendido después de el ejercicio exhaustivo es una de las mejores cosas que se me ocurren. Necesito hacer lo posible por poner algo asi de regreso en mi vida.

Espero que mi mandíbula no esté actuando de representante del resto del organismo, y que haya decidido tomar por si sola la iniciativa de avisarme que onda. No sería divertido que se unan otros a la demonstración.

Pero bueno, la idea es que no me interesa dejar inatendida a la mandibula, nunca es bueno ignorar al cuerpo cuando intenta comunicarse con la mente a través de los caminos externos. La mente tiende a resetear sus puntos default y la cosa se jode.

Pedí el lunes, el lunes me voy a dar un dia de apapacho, quiero ir a ver esas otras cosas que hay haya afuera, darme un respiro, tomar una pequeña pausa. No es que los fines de semana no funcionen, es que hay algo especial de estar lejos del trabajo los días que alguien mas está trabajando.

Mi mandibula requiere un descanso, creo que eso significa que yo también necesito algo de descanso.

12.8.09

Foto imaginaria

Tengo en la mano una foto, probablemente de principios de los ochentas, la mitad derecha está decolorada y manchada. La decoloración probablemente se debe a que estuvo expuesta al sol casi 15 años y nunca cambió de lugar. Las manchas son una gota de vino tinto y una gota de café, las gotas se tocan. En el lado descolorido de la foto hay una niña, tendrá unos 7 años, sonrie ampliamente, le faltan dos dientes. En el lado que estuvo a la sombra 15 años está la mamá de la niña.

La foto fue tomada en salón de fiestas, al fondo se ven al menos otros 10 niños y una resbaladilla. La resbaladilla es amarilla de un lado, naranja del otro, probablemente hoy es verde.

Detrás de la foto hay una fecha, escrita con tinta azul y letra manuscrita, 15 de Marzo. No tiene año. Cumpleños de Mónica.

Mónica no sale en la foto, pero ese día llevaba un vestido azul, don mangas abombadas y listones a la cintura. Se le manchó de pastel y se tuvo que ir a cambiar, unos pants viejos y una playera que le quedaba grande. Recuerdo que lloró cuando la mermelada del pastel se comenzó a escurrir de su plato. Y ahí estaba sentada, con la mermelada goteando y sin hacer nada que no fuera llorar. Cuando la notó su madre la regaño, y luego de poner el pastel en la mesa se llevó la llevo a cambiar.

Pero no es por eso que la foto está cambiando de lugar el día de hoy, no es por eso que la he sacado del marco y no es por eso que tu sonries. Sonreias proque era lo que mejor sabías hacer, sonreir, y tu sonrisa contagiaba sonrisas, y bueno, también sonreías porque siempre te contaba chistes antes de tomarte fotos. No recuerdo cual fue el chiste de ese día.

La mancha de vino fue del día que fui a recoger las fotos, se la mostré a tu tía ese día y la manchó. La del café, esa es de hoy en la mañana, saque la foto y la dejé en la mesa de la cocina, no estaba seguro de que hacer con ella. Fui y me preparé un café, después del primer trago, la primera gota me recordó la foto.

Me gusta cuando sonries.

11.8.09

Los 20 minutos

Por ahi lei en algún lugar que la mejor manera de escribir un libro cada año era tomar veinte minutos del dia y escribir. Una página, o dos, poco importa, el caso es escribir. Por supuesto se necesita un plan, una historia, una idea de como desarrollar la historia, y después hacer que se extienda, sobretodo hacer que cada pedazo de la historia le aporte algo. Si hay un libro abierto sobre la mesa cuando tu personaje entr al cuarto, quizá puedas jugar con una referencia, una cita, o un chiste local, o quizá sea importante el estado del libro, el polvo que tiene entre las hojas, o bueno quizá el polvo en el libro sea mas importante si tu personaje lo toma del librero. No tiene porque soplarle, todo el mundo le sopla al libro cuando toma, pero si puede relatarte la sensación de como sus dedos se entumecen un poco, se sienten gordos, una pequeña reacción al polvo.

Pero me pierdo, y quizá te pierda a ti también. La idea es escribir veinte minutos diarios. Con un timer en la mano, ni un minuto mas ni un minuto menos. La hitoria se puede truncar, y puede continuar o no, o puede ser que justo cuando llegues a la última linea, el momento en el que la historia termina y los personajes han atravesado las aventuras que les depara la lectura de sus aventuras entonces suena el tiempo terminado.

La idea es escribir historias, algunas completamente irreales, otras anecdotas, otras pensamientos, idealmente es un ejercicio de planeación. Escribir durante veinte minutos no necesariamente es escribir veinte minutos, lamento si sientes que te he mentido en el parrafo anterior, pero no era mi intención. Quiero pensar mis ideas, por mas repetitivo que ello suene, pero el caso es que esos veinte minutos deben ser sagrados. No importa en que momento se den, pero son veinte minutos.

Este post no cumple con la regla de los veinte minutos, no se hace cuanto tiempo lo empecé y no se en cuanto tiempo va a terminra, sé que no se termina en los siguientes enunciados, pero solo eso. Tu puedes adelantarteme y ver donde termina el post, ¿Cuánto tiempo mas crees que me tarde?

Hoy me enteré de que la primera revista a la que enviamos los resultados del trabajo en Francia declinó publicarnos, los revisores no se emocionaron tanto como nosotros, asi que hay que cazar otra revista. Es una situación incómoda, molesta, sobretodo porque no es un diálogo, es un ejercicio de silencio. Uno burocrático, presenta uno su caso, el juzgado lo toma tal como está en ese momento y determina su destino. Y ya. Sin embargo el rechazo está ahi, y aunado a todo lo que lleva uno acumulado no puede evitar sino sentirse como un pequeño fracaso. Nunca está de mal uno que otro fracasos, ayudan a ampliar el rango dinámico de emociones.

Pero bueno, suficiente de la violencia, ya el mundo tiene suficiente. Intentemos una historia, simplemente por el gusto de poderlo hacer. Es un historia pequeña, solo algunos renglones, sigue leyendo.

Son las once de la noche, bueno el segundero de tu reloj está a punto de llegar a la zona mas norte de la caratula. Suena el teléfono, no estás esperando la llamada de nadie, asi que contestas con un poco de duda en tu voz. ¿Si buenas noches? Una voz en el otro lado del teléfono timidamente pregunta si puede hablar con Marco. ¿Marco? No aqui no vive. ¿Disculpe, que teléfono marqué? Aqui no vive Marco, lo lamento. Te despegas el auricular de la oreja, el teléfono está en su tipíca trayectoria en dirección del aparato cuando notas un sonido extraño. Un golpe. Levantas de nuevo el teléfono. ¿Bueno, bueno? ¿Carlos? ¿Georgina? ¿Por qué me estás marcando a estas horas? Yo no te marqué ¿Ah no?, no, mi teléfonó sonó y era alguien preguntando por Marco, y justo antes de colgar oí un golpe, raro, y cuando levanté el teléfono me contestaste tú. Mira Carlos, en verdad no se por quién me tomas, son las once de la noche y creía que estaba bien claro que habíamos terminado. Georgina, en serio, creeme que no te marqué, estaban buscando a Marco. Bueno, si tanto te urge hablar con él te lo paso. ¿Bueno? ¿Bueno? Tuuut tuuuut tuuuut.

6.8.09

Los Zapatos

Así le llamaban a los primos esos que vivían en el rancho por Aguascalientes. Los Zapatos. Aún no sé porque, pero imagino que fue porque cuando un poco tiempo después de la revolución el abuelo Guadalupe, cansado de dar explicaciones se dejó un bigote a la "Zapata", y bueno, pues de ahi hasta la fecha siguen siendo los Zapatos.

No los vemos con frecuencia, una vez cada dos años creo yo. Sin embargo no siempre fue así, de hecho una de las mejores épocas que ha pasado en mi vida fue con los Zapatos, ese verano en que Matilda cumplio 16 años y me enseño por primera vez como se sienten en las manos un par de tetas.

No es por presumir, pero fue uno de esos momentos en los que sientes como todo el público en el estadio se levanta y aplaude de pie, y tu ahí, con las manos en la piel, sintiendo el pezón justo en el mero centro de la palma de la mano. No sabes si debes mover la mano, no quieres mover la mano, vamos no quieres ni respirar.

Matilda tenía dos años mas que yo y la última vez que la había visto antes de esas vacaciones fue en la navidad tres años antes. La imagen que viene a la mente inmediatamente, es la de abrir la caja con el sueter que mi abuela, su tia abuela en segundo grado, le había hecho y que al ponerselo, dado que la abuela no se acordaba muy bien de la talla de su sobrina nieta, le quedó tan entallado que, las hasta ese momento imperceptibles pequeñas protuberancias del pecho, tomaron vida como un vampiro que acaba de drenar a una virgen. Por supuesto nadie en el cuarto paro reparo y mi tierna edad no llevó a nadie tampoco a reparar en como casi se me salen los ojos.

Esa noche, la de aquella navidad, nos mandaron a dormir juntos, a Matilda y a mi, como a eso de las 11 de la noche y yo soñaba con poder abrazarla un poco antes de dormir. Inocente de mi, Matilda se subió a la cama, la nombró su territorio y me hizo ver claramente mi suerte. Dormir en el sofá. No hubo nada que hacer. A la mañana siguiente desperté y los Zapatos ya se habían ido, pues el papá de Matilda tenía que abrir su tienda el 26 y nunca le gustaba llegar a su casa justo la noche anterior a un día de trabajo.

Tres años después, una llamada teléfonica me puso en un autobus, con una maleta con ropa para quince días, un número de teléfono en la mano, e instrucciones muy precisas de marcar a casa justo cuando hubiera llegado con los Zapatos.

Me bajé del camión y no iba pensando en Matilda, la verdad, iba pensando en la vida de rancho, en vacas y en el campo. Suficientes problemas había tenido los últimos días en la escuela, con todo ese escandalo del exámen de matemáticas robado, como para que mi mente tuviera tiempo de entretenerse pensando en tonterías. No que fueran tonterías, pero no me ocupaban tanto el pensamiento las niñas, aún cuando comenzaban a ocupar mas tiempo en el procesador central, todavía estaban algo detrás de los modelos para armar, o de las aventuras de Axel, explorador del centro de la tierra.

Mi tía me había ido a recoger a la central y todo el camino me fue platicando de como el precio de la carne estaba por los cielos y de cuan afortunados eramos nosotros en la ciudad donde solo con caminar al super teníamos acceso a productos de Europa y nimiedades por el estilo. Por la ventana desfilaban árboles, pájaros, cercas de alambre, postes de luz, gente en bicicleta, muros de adobe, y mas tarde nubes y gotas de agua. Tuvimos que correr desde donde el auto se atascó en el lodo hasta la puerta de la entrada y llegamos hechos una sopa. Bueno así decíamos cuando te mojabas mucho, una frase de mi madre creo.

Matilda no apareció en escena sino hasta unos cuantos días antes de que me regresara yo a México y la verdad es que ni siquiera había reparado en su ausencia en ese tiempo, vacas, puercos, campos abiertos, maizales, cultivos de papa, fabricación de quesos y un sinúmero de cosas mas me habían mantenido ocupado.

Matilda venía llegando de su campamento en Estados Unidos, cargada de chocolates y dulces que no se vendían en México y también, para mi buena fortuna, unas ganas locas de enseñarle a alguien todo lo que había aprendido en el campamento.

Las lecciones comenzaron con un beso. Me llevó detrás del establo, me pregunto si había besado yo a alguna niña ya, y ante mi respuesta negativa me preguntó si me interesaba. Yo le dije que lo había pensado y que hasta se lo había pedido a una niña de nombre Georgina en la escuela, pero que la reacción a la pregunta no había sido la esperada. Y entonces jsuto cuando iba a entrar en detalles de como georgina no solo había dicho que no, sino que había comenzado un rumor en la ... chomp, silencio, los labios, la saliva caliente y la lengua juguetona de Matilda me dejaron callado. El beso duró unos 15 segundos, y después la conversación siguio como si nada. Bueno, no siguió, Matilda me comenzó a platicar de como en Estados Unidos las cosas eran diferentes, de las cosas que las niñas de su campamento le platicaban y yo no podía dejar de pensar que 15 segundos no habían sido en absoluto suficientes. Asi que me lancé al segundo beso, otros quince segundos. Matilda, una vez terminado el beso dijo, creo que es suficiente por el dia de hoy, y sin aceptar ninguna otra opción se alejó rumbo a la casa mientras yo me quedé a contemplar los caballos y los reflejos del cielo en sus ojos y a esperar que se me bajara la tremenda erección que traía puesta.

El día del regreso mi camión salía a las 8 de la mañana, y según la tradición de todo rancho, la vida comenzaba a las 5 de la mañana, asi que bien podía ayudar un poco a ordeñar vacas antes de irme y después tomar un regaderazo con agua bien fría antes de regresar a la ciudad. El horario, tristemente, prevenía cualquier posible re-encuentro con Matilda, quién ahora poblaba todos mis pensamientos, cada minuto libre lo dedicaba a intentar evocar la sensación de sus labios sobre los mios, dejaba que se me llenara la boca de saliva e imaginaba que era la suya, y que se escurría por los costados de nuestras bocas en besos que imaginaba eternos. La cena la noche anterior transcurrió tranquila, los Zapatos discutían como habían ido las cosas en la tienda ese día, preparaban quesos y comida del rancho para que le llevara yo a mi familia, y Matilda sentada enfrente de mi sonreía picaramente, o quiero imaginar que si no, al menos sonreía para sus adentros, porque ella ya sabía lo que iba a suceder.

La puerta del cuarto se abrió a las cuatro de la mañana, pero yo ni me di cuenta, estaba en el mas profundo de los sueños. Me desperte de un pequeño beso en la mejilla, situación que me alteró porque se supone que el encargado de despertarme ese día iba a ser el señor Zapato, pero la confusión no duró y sin decir ni una sola palabra Matilda y yo nos adentramos en uno de esos besos perfectos, llenos de pasión, saliva y lengua. Por momentos nos deteníamos para vernos a los ojos, pero la verdad es que solo queríamos seguir besandonos. Y así, se nos fue el tiempo, faltaban diez minutos para las cinco de la mañana y fue entonces cuando sucedió. Matilda me preguntó que si quería tocarle los senos. No tuve que responder nada, mis ojos se iluminaron y Matilda interpretó la luz como un si. Tomó mis manos por las muñecas con sus manos, las llevó al borde inferior de su camisón, las pasó detras de la tela y las elevó lentamente hasta llevarlas a posarse sobre la delicada piel de sus pechos. Mis dedos se sentían sobrecogidos por la intensidad del estímulo, las yemas de los dedos parecían estar compuestas de miles de diminutos poros, todos ansiosos por absorber hasta el último detalle de ese par de tetas majestuoso. Los pezones se apoyaban en el centro de mis palmas, el paraiso, el nirvana, el olimpo, todos esos lugares se quedaban cortos, comparados con los senos de Matilda.

Se cerró la puerta y se abrió cinco minutos mas tarde, esta vez mi tío, quien me dijo que me esperaba en la cocina para tomar un café y comenzar el día. Mi día, afortunadamente, ya había comenzado.

5.8.09

¿Donde nos quedamos?

Que mito me atrae y ¿por qué?

No se me ocurre ningún mito en particular, al menos ninguno que me atraiga lo suficiente como para dedicarle algo de tiempo.

El mito de Cthulhu es sin embargo algo que viene a la mente a la hora de discutir mitos. El nombre es uno atrayente y que invita a la obscuridad.

Lamento no tener mucho mas que decir al respecto.