22.3.12

Malo como la carne de puerco

Pero eso no es importante, venimos a hablar (o su equivalente en moneda nacional) de excribir (excribir debe ser como escretar palabras imagino).

Existe un encanto de la palabra escrita ausente del lenguaje hablado, y creo que tiene que ver con el tiempo, con darse tiempo precisamente. Construir una idea del mismo modo que se construye una pieza sinfónica. Comienza con un tema, se toca la melodía central y después comienzan los arreglos y las variaciones.

Acabo de leer un tratado en tres partes sobre animales de laboratorio. Una crítica fuerte pero que difícilmente hará mella en la postura actual de la masa crítica. ¿Cómo se detiene una avalancha?

Pero alguien se tomó el tiempo de preparar la pieza, de saborear el uso de las frases, los giros del lenguaje, los juegos de palabras. Es fácil decir el niño corre en el parque, es mucho más entretenido y poderoso en el teatro mental que las hormigas huyan despavoridas como si enfrentaran a godzilla que intenta llegar hasta el mar (el chapoteadero del jardín).

A la izquierda de esta computadora hay una botella de vino con un corcho que flota al interior, presa de su propio egoismo al no dejarse penetrar por el sacacorchos. Tres cuartas partes del líquido continuan en su interior. Del columen que ha abandonado su antigua morada, unos 25 ml. continuan en la copa que a su vez se encuentra todavía más a la izquierda. El resto anda comenzando a darse unos llegues con las deshidrogenasas en el higado mio.

Por momentos mientras pienso que más escribir pierdo el foco de las teclas, como si mirar mas cerca llevara a la introspección. Pero solo sirve de pretexto para describir. Acabo de estornudar. Acabo de escribir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustó leer esto. Lo bueno de este blog, es que, aunque pasará mucho para volver a leer una nueva publicación, la espera lo habrá valido.