25.1.11

Blandengue

Me acabo de tomar dos cervezas y vi una película que me pareció blandengue.

La ingestión de las cervezas comenzó justo con el inicio de la película, asi que podemos calcular que cada cerveza tenía 440 ml en su interior con un 4% de alcohol. Lo que significa 35.2 ml de alcohol en total. Divididos entre 86 minutos que duró la película tenemos entonces que eso es igual a beber 400 microlitros cada minuto.

Ahora me estoy comiendo un yogurth con granola.

El asunto es que estos números en la introducción sirven para ejemplificar una cosa: Soy un clavado.

El problema con ser un clavado es que no siempre es fácil relacionarse con el mundo y en particular he de hablar aqui con el mundo que cohabita en este domicilio donde tengo que seguir hasta que el 20 de abril termine mi estancia en el limbo y pueda acceder al paraiso de la vida con Mariana 24/7/365/forever.

Este lugar es una antigua casa, diseñada hace mas de 100 años y los co-locatarios son una pareja particularmente extraña. El es Ganés y ella Neozelandesa y mi impresión es que están juntos porque no tienen nada mejor que hacer.

El es músico y vive para tocar los tambores, nada mas le importa y no deja que ella cocine para él. Ella es maestra en una primaria y vive para mantener al novio que no deja porque tener algo es mejor que no tener nada.

En las noches él se queda viendo la televisión hasta las dos de la mañana.

Ella acaba de regresar de Nueva Zelandia de un viaje que duró un mes. Al dia siguiente no se vieron ni media hora.

Pero creo que peor que ser testigo de un mundo que no tiene futuro, es evadir las conversaciones que no hace sino recordarme que no hay nada mas aqui para mi.

Cuando bajé por mi segunda cerveza al refrigerador ella me comentó que acababa de invalidar su tarjeta de crédito pues había olvidado el número secreto y se le hizo fácil intentar hasta que se le acabaran las oportunidades. No tengo comentario alguno que hacer al respecto, me parece inconveniente para ella que se haya puesto en ese predicamento, pero la verdad es que no me importa en lo mas mínimo, no quiero hablar del tema, no me parece gracioso, no es algo sobre lo que quiera hablar. Y entonces abro mi lata de cerveza y regreso a seguir con mi película.

La película se llama Please Give. Blandengue, me gusta esa palabra que triste que la tenga que usar para una película. Esta es una de esas películas acerca de los conflictos yuppies de los yuppies en Nueva York que se aburren tanto de sus vidas que se ahogan en vasos con agua. Pero nada, nada hay dentro de la película, no hay substancia, no hay nada que no se haya dicho ya antes mil veces mejor.

Y entonces lo único que pienso es que la vida blandengue no es para mi y nunca lo será, ni en película siquiera.

Lo mio es la vida clavada.

5 comentarios:

Alesi Garcia dijo...

24/7/365/forever es muuuuuuuucho, alguna vez te leí _elegir es excluir_ y me quedé con esa idea.

¡No nos confundas chico!

ja!

Eva dijo...

Sí, clavado sí eres.

mariana m* dijo...

El chico ya cambió, supongo, porque ya eligió, me queda claro.

Y clavado, como el que más, nos EN-CAN-TA a mí y a todas las Marianas que habitan en mí.

Alice dijo...

SIp, lo tuyo lo tuyo lo tuyo es ser clavado.

Anónimo dijo...

Blandengue es la historia que nos estáis contando los dos tortolitos. No es nada nueva y sabemos como terminará.