18.7.10

Accidental

Los verdaderos accidentes son practicamente imposibles de evitar. La imaginación no da para preveer todas las posibilidades. Algunas son simplemente bizarras.

Ciertas películas tienen el encanto de mostrar justo detalles asi pequeños, inverosímiles y paralelos a la historia central, sin embargo es ahi donde radica su genialidad.

Recuerdo que mi hermana platicaba de alguien que sobrevivió la segunda guerra mundial. Platicaba que durante los bombardeos las personas salían a la calle con un cerillo en la cabeza. Honestamente, decían, ¿Cuales son las posibilidades de que una bomba caiga en la cabeza de un cerillo?

He aqui los elementos del show: Un anafre, carbón, yo.

He aqui la secuencia de acción: El carbón no se quería encender. Había solo unos cuantos que parecían estar activos. En el anafre había grandes cantidades de ceniza proveniente de la última vez que había sido utilizado. Para evitar soplar frontalmente y llenarme de ceniza (cosa que tampoco logré evitar del todo), incliné la cabeza y la puse paralela al piso. Comencé a soplar y el carbón comenzó a respirar. Se podía empezar a escuchar el tronar del carbón conforme soplaba y parecía que las llamas se encontraban a punto de comenzar. Así que retomé impulso, y decidí soplar y soplar, como el lobo. El carbón rugió, se escucharon varias explosiones y mi oido empezó a arder. Un pedazó de carbón diminuto, al rojo vivo. Logré retirarlo antes de que hubiera mayor daño.

Un pedazo de carbón al rojo vivo en mi oido. La realidad supera tanto a la ficción.

Ojalá algún día se me ocurran cosas asi, creo que ese será el día de sentarme por fin a escribir.

1 comentario:

alice dijo...

pero, ¿estás bien?