18.12.06

La primeras impresiones de Japón

Es raro y está lleno de japoneses.

Si, si ya se, no se gana mucho (algunos dirian que no se gana nada) en describir lo obvio, pero la verdad es que lo obvio no se alcanza a precibir de la maner en que lo sientes realmente en el momento en el que te bajas del tren en la estación central de Tokyo. Están ahi por todos lados y te intentan hablar, o sintes que te hablan, aunque seguro saben que si no tienes el ojo rasgado no hay manera de hacerte llegar el mensaje.

Después del primer golpe inicial vino el verdadero golpe. Al menos para mi.

Convertirse en un perfecto idiota, si ya se que habrá quien diga que no necesitaba ir hasta Japón para darme cuenta, pero bueno, cada quien funciona de modos distintos.

Desde que mi madre me ponía a leer los anuncios espectaculares en voz alta en las calles de la ciudad de méxico, y através del tiempo de entonces a la fecha, una de las herramientas mas valiosas que creo poseer es la capacidad de leer. De entender mensajes escritos. Aún en otros idiomas que no conozco, pero donde el alfabeto es igual, es posible aislar mensajes, buscar palabras que se repiten, comprender los letreros de entrada y salida, ubicar los nombres de las estaciones, ubicar que si dentro de una tienda hay carnes y afuera dice "jkdjfiso", la proxima vez que se lea en algún sitio la palabra "jkdjfiso" es que ahi hay una carnicería. Y asi. Pero aquí en Japón, todo eso es inexistente. Esta uno indefenso y no tiene mas que el visual directo de las cosas y el dedito para señalar. Afortunadamente los precios en las cajas registradoras aparecen en números, de otro modo el infierno estaría completo.

Mi estancia es muy corta como para clavarme en la textura, además que estoy de vacaciones y el pensar está reducido a lo básico para vivir y asi, por lo que no pienso buscar y buscar como se dicen o se escriben no se cuantas madres. Lo que si me queda claro es que con todo mi espiritú aventurero, Japón no sería un país en el que podría vivir, siento que la distancia a franquear es enorme, y al parecer los japoneses no son muy amables con los inmigrantes.

Mas allá de eso, Akita no se siente hipermoderna, no se siente el Japón futurista de las movies, ni el Japón hipereficiente de los 90s. Se ve un lugar mas en el mundo. Se ven los cables de la luz en las calles.

A partir del viernes y hasta el Lunes voy a andar en Tokyo, a ver allá de que lado masca godzilla.

En el inter habré de decidir que hacer con las siguiente hora de luz que todavía queda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y que conste que lo de " no tenias que ir hasta alla " no lo dije yo .

¨.¨

Laudanum dijo...

jajajajajajajajaja, Benefactor pigmentado de clorofila:

Me alegra imaginarte perdido por las calles de Tokyo (hay una película de eso), me imagino -sólo eso- lo complicado que es hablar con gente que precisamente no se parece en lo más mínimo a tus referentes... el idioma, el comportamiento, la cosmovisión es distinta... complicado supongo, mucho. Quizá eso es lo enigmático de ir hasta allá... sobrevivir.
En fin, ansío que vayas a África, pero no como ansías, y espero pacientemente a que no sigas contando de tus pasos por el Lejano Oriente.

Besos y estoy trabajando.