19.11.04

Mientras escribía el último capítulo de sargaso me dio la ligera impresión de que no tenía yo claro quien habia dicho que cosa en el capitulo anterior, pero la verdad es que me daba mucha hueva ir a checar el post antes de publicarlo. Es por esto que las cosas y los comentarios de Juan ahora salen de boca de Jorge y viceversa.

En el mas puro espíritu de Buñuel y su Obscuro objeto del deseo, las personalidades de Juan y de Jorge se mezclarán, cambiarán de una a otra escena, siempre al azar, dado que no pienso concentrarme en que esos dos personajes se encuentren separados. Sera simplemente otro detalle surrealista de mi opera prima.

Juan y Jorge en el automóvil, rumbo a la playa:

Juan: ¿Que piensas de la historia que conto la mujer esta?

Jorge: Que las drogas destruyen.

Juan: No ya en serio.

Jorge: ¿En serio?, que aunque pareciera que su historia esta salida de la imaginación de algún bloggero loco en el fondo siento que estaba diciendo la verdad.

Juan: Si, justo eso es lo que me preocupa.

Jorge: Lo único que no me cuadra es el asunto de que el seguro de vida estaba en a su nombre, y que la poliza no tiene mas de un año de antiguedad, pero supongo que la casualidad siempre puede hacer dos circunstancias coincidir sin mayor relación entre una y otra.

Juan: Pues habrá que ver que hay en la playa y que dice el forense.

La camará se detiene mientras el auto continua por la calle hasta desaparecer de vista detras de un edificio.

El automóvil se detiene en la playa.

A diferencia de la playa el dia de la primera muerte en esta ocasión hay muchas personas, el sol del pacífico desciende lentamente hacia el horizonte.

Juan: No se como espera el jefe que encontremos algo en este lugar con tanta gente.

Jorge: Yo me conformo con encontrar una mujer asoleandose topless, o mejor aun in the nude.

Juan: Ya te habías tardado en dejar escapar uno de tus comentarios clásicos.

Jorge: Ahora resulta que no te gusta ver mujeres desnudas.

Juan: Eso no tiene nada que ver, claro que me gusta, pero no creo que podamos hallar nada que ayude a resolver este problema entre las piernas de una mujer.

Jorge: (Practicamente murmurando) No tienes una idea cuantas cosas se pueden resolver entre las piernas de una mujer.

Juan: ¿Que?

Jorge: Nada, alla esta el bote semi-volteado.

Juan: Ok.

Juan y Jorge se alejan caminando hacia el bote. Mientras los vemos caminar de frente en el mar se ven a la distancia un par de niños jugando con las olas, justo cuando Jorge y Juan interrumpen la vista que la cámara tiene de los niños se escucha un grito agudo que los hace voltear y comenzar a correr inmediatamente hacia el agua.

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