Despierto y el sudor nos une, al separarme de ti, lentamente para que no te despiertes aún, el efecto velcro es una perfecta homología de nuestra situación, una vez que entramos en contacto la separación debe realizarse lentamente y un extremo a la vez.
La imagen que aparece conforme me separo y tomo una distancia focal adecuada es la de tu espalda. La línea que dibuja el borde donde tu espalda se convierte en tu frente deciende provocadora hacia la cadera. La imagen de tu cresta ilíaca me despierta memorias, flashazos de situaciones que yo imaginaba existían solo dentro de mi mente pero que anoche saltaron del mundo platónico de la ideas al mundo tangíble de la realidad física.
No alcanzo a ver tus piernas mas que con la mente pues la sabana aún las recubre. Tu respiración es placentera, del otro lado, el lado oculto de la luna seguramente un hilo de baba es testigo de lo relajado de tu cuerpo, abandonado a los procesos reparadores del sueño, en los cuales seguramente también se grabarán para siempre nuestros sonidos, nuestra respiración y nuestras miradas.
La tentación de despertarte para compartir una vez mas esa sonrisa complice es enorme, pero no sabría como comenzar: ¿Prefieres que lo haga lamiendo tu cuello?, ¿Prefieres que lo haga besando tus corvas?, ¿O quizá prefieres que tienda como un puente sobre ti y sople aire fresco sobre tu pancita? Las opciones son abrumadoras, cada una me lleva a un desenlace distinto pero igual de exitante. Estoy paralizado, entre la visión de tu espalda y de los cabellos que se pegan a ella unidos por esa fina capa de sudor que hace apenas unos instantes nos unía, y la idea de nosotros compartiendo este momento, yo soñando despierto con tu recuero y soñando con nuestro futuro quizá.
Hay dias que extraño esos amaneceres, y que deseo tu piel y tu sonrisa. Hay días que añoro la compañia y el reirnos en nuestra competencia secreta de decir mas tonterías en el menor tiempo posible.
El secreto es que ahora sé que esas sonrisas son eternas y que el sudor siempre nos podrá volver a unir y asi convertiremos el invierno de nuestro desasociego en el verano de nuestras pasiones desmedidas.
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