Supongo que en algún momento la humanidad se aburrió de ver pasar el sol por arriba de sus cabezas y decidió crear el día. No sé si los primeros días comenzaban con el despertar, lo cuál suena razonable, los pájaros comienzan a cantar con los primeros rayos de sol, o si con el añochecer, los cazadores despiertan en la noche para no ser vistos por las presas.
Pero ahora encuentro un gran placer (aqui había escrito perverso, pero no es el adjetivo correcto) en olvidar los dias, sus estructuras y dejar pasar el tiempo. Las noches y los días se suceden sin ningún significado real. No hay un día para empezar a trabajar, no hay un día para planear el fin de semana, no hay un día para nada. Solo hay el día de hoy para hacer lo que sea que tenga uno que hacer el día de hoy.
Es asi que sé que me encuentro de vacaciones. Lejos del tiempo, pero dentro del tiempo.
La vida en el mundo material transcurre, como siempre, llena de elementos extraños. Como el no estar disponible el veinticuatro para nadie mas que para mi cama.
La vida al interior de la mente transcurre, como siempre, torrencial. Marejadas que voltean barcos, naufragos que nadan hacia donde los cantos indican un destino peor que morir ahogado.
Y asi, lejos de los días y sus significados arbitrarios me deshilo para mas tarde volver a tejer el yo que regrese al lugar donde los lunes indican el final del reposo y los viernes se esperan con ansia para tomar una cerveza.
27.12.09
18.12.09
Viajar
Viajar nunca para atrás, siempre se viaja hacia el futuro. Aún cuando uno regresa, regresa al futuro de lo que se dejó atrás.
Es asi que se reencuentra uno con cosas que no son lo que eran, con lugares distintos, con historias cada vez mas ricas, mas llenas de detalles.
Sin embargo las cosas en si, la escencia de las cosas, esa no cambia, las historias contienen los mismos elementos, construcción, destrucción, pasiones, necesidades.
Para llegar al futuro los cambios se dan lentamente, todo solo un poco cambiado, los hijos de alguien que ya hablan. El graffiti ya no es el mismo pero siguen siendo solo rayas en la pared.
Creo que sería fácil perderse en el futuro, sobretodo si uno cree que viaja al pasado.
Es asi que se reencuentra uno con cosas que no son lo que eran, con lugares distintos, con historias cada vez mas ricas, mas llenas de detalles.
Sin embargo las cosas en si, la escencia de las cosas, esa no cambia, las historias contienen los mismos elementos, construcción, destrucción, pasiones, necesidades.
Para llegar al futuro los cambios se dan lentamente, todo solo un poco cambiado, los hijos de alguien que ya hablan. El graffiti ya no es el mismo pero siguen siendo solo rayas en la pared.
Creo que sería fácil perderse en el futuro, sobretodo si uno cree que viaja al pasado.
8.12.09
Falsas economías
Andar viviendo en lugares donde la fruta es cara es complicado, pero de unos días para acá a partir de un momento de iluminación se ha convertido en un ejercicio de autoanálisis interesante.
Toda la vida en mi casa se comió con agua de fruta. Limón, naranja, mango, fresa, guayaba, sandía, piña. Lo cuál siempre fue algo integral a la comida. Parte de la experiencia.
Vamos en México es tan barata la fruta que todas las fondas sirven agua de fruta. Todas.
Pero aqui no es así.
Para muestra un botón. Un mango petacón vale una libra. 20 pesos. En mi vida un mango ha costado 20 pesos. Y bueno del limón verde ni hablar.
El caso es que el escándalo de los precios impide ver que a pesar de ser tan caros sigue siendo mas prudente comprar un mango para hacerlo agua de mango que cualquier variedad de smoothie, licuado, o jugo que se le parezca.
Una coca de 500ml vale 85p, un agua de 500 ml 65p, un expresso vale al menos 1.20, al menos. Y todas esas cosas son en realidad nada comparado con un mango.
Lease hay mas jugo que sacarle al mango que a cualquier otra cosa que valga lo equivalente que un mango. Sin embargo el precio absoluto del mango es tan abusivo que comprarlo parece tirar el dinero a la basura, o pagar un impuesto de lujo.
El caso es que ahora que tengo una licuadora y he vuelto a cenar con agua de fruta el precio del mango decayó, o mas bien se hizo relativo a todos esos otros precios que menciono allá arriba y me queda claro que a pesar de que me parezca una grosería pagar 20 pesos por un mango o por 500 gramos de mandarinas, es dinero mucho mejor aprovechado que una coca o un café.
PD Para los interesados, una chela bara bara de 500ml puede conseguirse hasta por 65p lo cual ya puede compararse mas gacho con el mango, pero aún así no se puede vivir cheleando todo el tiempo.
Toda la vida en mi casa se comió con agua de fruta. Limón, naranja, mango, fresa, guayaba, sandía, piña. Lo cuál siempre fue algo integral a la comida. Parte de la experiencia.
Vamos en México es tan barata la fruta que todas las fondas sirven agua de fruta. Todas.
Pero aqui no es así.
Para muestra un botón. Un mango petacón vale una libra. 20 pesos. En mi vida un mango ha costado 20 pesos. Y bueno del limón verde ni hablar.
El caso es que el escándalo de los precios impide ver que a pesar de ser tan caros sigue siendo mas prudente comprar un mango para hacerlo agua de mango que cualquier variedad de smoothie, licuado, o jugo que se le parezca.
Una coca de 500ml vale 85p, un agua de 500 ml 65p, un expresso vale al menos 1.20, al menos. Y todas esas cosas son en realidad nada comparado con un mango.
Lease hay mas jugo que sacarle al mango que a cualquier otra cosa que valga lo equivalente que un mango. Sin embargo el precio absoluto del mango es tan abusivo que comprarlo parece tirar el dinero a la basura, o pagar un impuesto de lujo.
El caso es que ahora que tengo una licuadora y he vuelto a cenar con agua de fruta el precio del mango decayó, o mas bien se hizo relativo a todos esos otros precios que menciono allá arriba y me queda claro que a pesar de que me parezca una grosería pagar 20 pesos por un mango o por 500 gramos de mandarinas, es dinero mucho mejor aprovechado que una coca o un café.
PD Para los interesados, una chela bara bara de 500ml puede conseguirse hasta por 65p lo cual ya puede compararse mas gacho con el mango, pero aún así no se puede vivir cheleando todo el tiempo.
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