Hoy hubo un hueco en la silla de enfrente mientras comia postre.
Kyoto es extranio, demasiados templos llenos de turistas. El resto del mundo sigue mientras la calma se arremolina y se siente en los pies al caminar en calcetines por los pisos de madera y sobre los tatamis.
Maniana pongo las fotos en el flickr.
1 comentario:
cuando veo huecos entorno a mí, comienzo a sentirme queso gruyère.
Saludos.
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