Mientras venía para aca de la Universidad, pensaba en que quería quejarme de muchas cosas empezando por la cantidad obscena de chicles que hay embarrados en las banquetas de la ciudad para terminar con lo muhco que me emputan los vendedores de discos piratas del metro con sus bocinas desmadra-tímpoanos, pasando por muchos temas.
Pero no lo voy a hacer.
Me palpitan los pies lo suficiente como para desviar mi atención, fue una buena caminata.
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