Un cuento que llegó después de la fecha del cierre...
No parecía sencillo, así que me dispuse a hacerlo en los 25 minutos que me quedaban de tiempo para salir del "jale". Entre por casualidad y porque el destino esta bien loco, me cae que si. Así que estoy aquí ,parada, viéndolo. No lo creo... si no hubiese venido o alguien no hubiese desaparecido para provocar mi presencia aquí, no lo hubiera creído. Pinche inclinación la mía de hacer las cosas tal como se me antojan en el primer momento, sin pensarla agarro el maldito viaje, y aquí tengo el resultado: una imagen artefactual... así como no quería verte nunca. No detallare el asunto, me duele demasiado, mejor me iré, lejos bien lejitos, donde la vuelva a hacer de pavo real y no la pendejada de guajolote que soy cuando te contemplo así. Corro, me alejo unas cuadras... empiezo a caminar lento, mas lento hasta detenerme en una esquina y apretarme la panza, me duele... "pinchi bilis", refunfuñando aprieto los labios pero no evito que escurra saliva "pintada" de verde, luego vomito y vomito, maldito coraje. Me repongo un poco y me dirijo a mi departamento. Las cuadras deberían alargarse cuando va llegando sola a su casa, alargarse tanto, que jamas abras la puerta y tengas que sentarte desdeñada y triste en un sofá que no te dice nada, el muy pinche se cree que con su textura suave te reconforta... y tu diciendo: no cabrón! , háblame! cuéntame un cuento, relájame
1 comentario:
¿Y este de quién fue?
Es bueno.
cn
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