Hace ya varios días andabamos en la playa en la tarde. Era una tarde calmada, no muy soleada, pero sin viento y la banda ya se estaba yendo. Y de repente apareció un señor de unos 65 años, quizá mas quizá menos, con un periodico doblado bajo el brazo y una mano en el bolsillo del pantalón.
Y se puso a dar de vueltas, buscando un sitio que a una distancia cómoda le premitiera ver a las muchachas de un tercio de su edad quitarse la parte superior del bikini.
Se sentó, se levantó, caminó siempre con la mano en el bolsillo.
Después de una media hora finalmente se fué.
Y entonces pensaba en si la vida habría sido justa o injusta con dicho señor, mas aún, si la vida estaba siendo justa o injusta con ese señor en ese momento.
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