En contra del impulso destructivo está el de crear.
Por el momento mi espíritu crativo está dormido esperando el calor tardío de la primavera, no porque no sea posbile crear a mediados del invierno, sino porque quiero crear cosas a tu lado, de tal modo que se vuelvan nuestras.
Pero me voy a separar un poco de mi mismo para hablar de la creación en la época del tiempo libre. Nunca antes en la historia de la humanidad se han pintado tantos cuadros, creado tantos videos ni escrito tantos libros. Tengo la impresión que quizá la única forma creativa que ha sufrido en la época moderna es la escultura, los bustos griegos solo se ven bien en los museos.
Pero que sucede cuando se ahoga uno en un mar creativo, cual es el valor de la creación. ¿Que valor tiene esta fotogradía si la podemos hundir en un mar infinito de variaciones de la misma? ¿Que valor tiene una pieza de música si en su lugar pudieran escucharse cualquiera de los millones otros existentes? ¿Debemos pensar en volumen creativo, si un creador logra 1000 obras vale el doble que uno que solo crea 500?
Me pregunto esto mientras pienso en que nada de ello importa, aquellos que son perseguidos por sus pasiones creativas lo harán hasta desfallecer de hambre.
Asi pues escribimos porque no hay escapatoria, porque dejar de escribir simplemente no es una opción. No importa que nos disolvamos en el eterno de todas las palabras jamás dichas o escritas.
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