Estamos en un bar y afuera sigue lloviendo, los dias que no ha llovido ni nos hemos enterado, estamos frente a frente y un par de cervezas descansan en la barra del bar. Le hemos arrancado las etiquetas a las botellas y con ellas nos hemos hecho un par de anillos pues hemos decidido casarnos en la kermes que nos hemos inventado. Y finalmente nos vamos de ese bar ya casados sabiendo lo extraño y maravilloso que es el universo que nos ha permitido encontrarnos.
No nos hemos separado por mas de diez minutos en 72 horas y tenemos los moretones para probar que nos hemos divertido, y tenemos los cuerpos bañados de sudor para probar que que la energía que generan nuestros cuerpos juntos puede hacer funcionar un mundo pequeño.
Flipar de mil colores y entender como lograr compaginar las baterias y la parcelas, la creación de ese mundo que solo nos contiene a los dos.
Bendita sintonía.
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