1.9.09

Teléfono

Tengo ganas de levantar el teléfono, marcarte y pedir perdón, decirte que lamento la manera en la que me he comportado últimamente y que a partir de este momento ya nada será amargo.

Por otra parte siento que levantar el teléfono y hacer la llamada, a pesar de resolver el conflicto, de evitar que de aqui en adelante deje de haber problemas no es la salida adecuada.

Siento que hacer esa llamada implica el fin de la conversación y el principio de la absorción, dejar de platicar mis frustraciones y empezar a dejarlas pasar e ignorarlas. Al final de cuentas la gran mayoría son nimiedades, detalles que no tendrían porque afectar el gran esquema de las cosas.

De cierto modo hacer la llamada es una invitación a perder la memoria, no del pasado sino del futuro, dejar que los eventos negativos se dejen de acumular simplemente porque nunca serán anotados en ninguna parte.

Pero bueno, la razón invita al compromiso, a no obtener todo lo que se desea, sino simplemente el compromiso que mas se acerca al equilibrio perfecto. Unas cosas por otras, escoger siempre es excluir.

De cierto modo toda la evidencia se encuentra en la mesa, los elementos para tomar la desición están ahi y no creo que cambien, ni en el corto ni en el mediano plazo, las cosas son y las realidades son, y es a partir de ahi desde donde se tiene que afrontar el problema. Pero me pregunto que hay que hacer cuando los mecanismos propuestos para obtener lo que se desea no son los que uno gustaría.

Imaginemos todas las duplas esfuerzo resultado como lineas con distintas pendientes, y es evaluando las pendientes que decidimos si queremos o no tomar esa ruta. Imaginemos que hay muchas rutas, y ahora imaginemos que solo hay una ruta, que la evidencia llama a un solo camino. Entonces simplificamos la decisión, es un volado. y estaremos de acuerdo o no con el resultado.

Quiero regresar a mi lugar de paz, a mi lugar personal en donde el mundo y sus pequeños conflictos pueden desaparecer, donde todo aquello que no tiene proporción simplemente es visto como tal, desde lejos, sin atraparse en un universo que desde dentro se ve insuperable.

Es el momento de ser la persona que uno quiere ser y vivir de acuerdo a esos lineamientos que dejan a los conflictos del mundo lejos, pequeños, incapacez de afectar la sonrisa.

Es hora de hacer la llamada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Actuar es lo que se impone, no pensar y dejar de llegar a la acción.

Eso te enhoblece más que mil palabras, la acción a tiempo.

FELICIDADES!!

Nebulosa dijo...

el díficil arte de hallar el justo medio (en el cual ambas partes sientan cubiertas sus necesidades) siempre es complicado. Animo, es siempre preferible intentarlo.