Ayer me metí al mar por primera vez desde que llegué. El agua está fría pero no insoportable, supongo que es el entrenamiento del invierno en Ensenada y en Todos Santos.
Lo que si es una pena es que no haya ni un pitera ola en kilómetros a la redonda, en mi opinión particular parte del encanto del mar es jugar con las olas.
Definitivamente nada como esto por aqui
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