Un experimento.
Durante mas de 5 meses he leido una y otra vez que el dueño de chango100.blogspot.com reta a personas, generalmente de menor nivel intelectual que el suyo a que lo pongan en su sitio. En esta busqueda de la madre ausente que le de unas nalgadas para que entienda su papel en el mundo, se ha hecho de una horda de seguidores y de una fama bastante amplia en la llamada blogósfera.
El texto que sigue a continuación es una piadosa respuesta a su solicitud.
La principal excusa del Chango100 para iniciar uno de sus famosos reviews, es la designación divina de un tal lord batio. Es este el primero y mas débil de los puntos del personaje creado por Manuel Lomeli para entretener a los blogos. Los personajes grandes de la historia (claro que aqui dirá que él no es grande, modestamente, y que esa nunca ha sido su preocupación, pero distraerse en ese tipo de detalles es una de sus especialidades), tienen un locus de control interno. Los locus de control, son los motores de la iniciativa. Las personas con un locus de control externo se excusan en este para dar razón a sus acciones. Mi papá me dijo, mi mamá no me deja, dios me dijo que lo mandara con los ángeles, y la lista prosigue hasta la eternidad. En cambio las personas o personajes con un locus de control interno, son dueños de sus acciones y responsables por las consecuencias de estas. El chango podrá argumentar que en realidad no ha habido consecuencias, ni las habrá nunca dado que todo esto es un juego, en efecto lo es, pero eso no cambia el hecho de que el locus de control es externo.
Ahora bien, podrá decirse que dado que el locus de control externo habita en su cabeza, tal situación lo convierte en un locus de control interno. No. El chango es un titeré de un personaje ficticio que en realidad desea escapar de la responsabilidad de lo que hace. En fin, el sicoanálisis (asi es sin p) sale sobrando.
Siguiendo con la deconstrucción, tomemos el siguiente ejemplo: Yo digo: el chango es un onanista, la interpretación de esta frase será descontextualizada y llevada a ser todo lo que en realidad no es. En lugar de ser tomada como una simple afirmación ficticia, una especulación, será tomada como una frase llena de significados que no tiene, para poder justificar la utilización de lenguaje fuerte, como pito, verga, panocha, falo, con tal de generar en el lector la misma sensación de superioridad que creen tener los secuestradores y los asaltantes cuando gritan cosas como: "Ora si pinches putos ya se los cargó la chingada". Es en esta creación de un universo inexistente, en la que el chango se mueve con soltura, pensando lo que el quiere pensar de las frases que mas le gusten. Big deal.
La utilización de la miseria humana como espejo ensalsado de la superioridad no solo moral del chango, sino también de su conocimiento infinito producto de la iluminación divina, y trucos baratos similares, son el equivalente de un par de tetas en una película de terror. Deleitar al espectador con un producto vacio. Los niños miserables, las maquilogatas, las violaciones reales (no las de película, esas son meras distracciones), las marchas de indignación por cada muerto, los enanos amaestrados, todos ellos no son sino muletillas diseñadas para reflejar la sapiencia existente-inexistente que reside en la mente del creador del personaje.
Lo mas divertido del experimento de Manuel Lomeli, en la creación de su personaje Chango, es que nos refleja perfectamente el porque la infamia es uno de los caminos al reconocimiento.
Cuando hay un accidente, todo el mundo quiere detenerse a ver la sangre, consolados en el hecho de que no es su sangre ni su cerebro el que produce que el patrullero se patine al intentar mover el cadaver.
En fin. Si ha usted llegado al final de este texto y esta listo para irle a avisar al chango, o esta listo para dejar un mensaje en pro o en contra del chango en este tag, ha sido engañado y el experimento funcionará. Este experimento tiene como objeto saber si el público asistente piensa o no piensa, en fin, ya veremos el resultado...
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