3.6.24

La normalización de la mentira en el discurso público

"Si yo miento, entonces todos mienten, por lo tanto no puedes creerle a nadie".

"Si no lo hago yo vendrá otro que no tendrá problemas con hacerlo, entonces mejor yo que otros".

Es triste cuando el discurso público permite e incuba la mentira. Y por la mentira me refiero a la que se produce activamente con el conocimiento de que la realidad es una cosa y el discurso sobre dicha realidad es otra cosa. Los pragmáticos parecen sugerir que solo es una herramienta más. Tan válida como cualquier otra: "Si tu no mientes es tu problema, lo que pasa es que no te gusta ganar."

Triste postura cuando lo interesante es conocer el universo y no inventárselo. 

"Tonto tú que no quieres ver que el universo permite la mentira y por lo tanto la valida..."


31.1.22

Canas

 Ha tomado casi 47 años. Pero mi pelo es prácticamente cano en su totalidad. Pienso en los inicios de este blog, de la persona que soy ahora y de la que comenzó entonces, veo el continuo y la evolución. Hay mucha felicidad en mi vida.

29.10.20

Random 45

 Ayer fue mi cumpleaños número 45. Va la anecdota.

Rebeca es lo máximo y todo el tiempo piensa en detalles especiales para todos aquellos que le son queridos y afortunadamente yo formo parte de ese grupo.

Entonces consiguió una tienda en un país lejano y remoto de donde pidió un regalo para mi. Dicho regalo no parecía que fuera a llegar a tiempo y ella estaba muy preocupada. Pero ocurrió el milagro de FedEx y apareció el paquete justo ayer al mediodía.

Nos sentamos a comer unas deliciosas enchiladas de mole y levantamos la mesa para hacer una pequeña competencia de comer donas colgadas de un hilo con las niñas. Bajamos el pastel, cantamos las mañanitas y finalmente llegó el momento de abrir el regalo.

La cámara comenzó a rodar y adentro de la bolsa de paquetería venía otra bolsa de paquetería, lo cuál ayudó enormemente al efecto cómico, y adentro de esa bolsa venía otra bolsa, adentro de la cual venían otras 4 bolsas negras, tres delgadas y una con un poco más de cuerpo.

La emoción aumentaba, pero la cara de Rebeca reflejaba preocupación.

Abrí la primera bolsa y apareció la siguiente playera.

Claramente algo extraño, todos nos miramos con cara de juat!
 
Abrí entonces la siguiente bolsa y apareció la siguiente playera.
 
Definitivamente algo estaba raro, pero en una de esas solo era que la tienda donde se compraron las cosas había decidido enviar regalitos.
 
Llegó el momento de la tercera bolsa.
 
La risa estaba a tope para ese momento. Llegó entonces el momento de abrir el último paquete, las posibilidades de que fuera el regalo eran pocas, pero había que seguir.
Evidentemente había habido confusión.
 
Pero entonces vino la curiosidad ¿De dónde vienen y qué dicen las playeras?
 
La primer playera dice: I don´t know what to do with my life / I don´t know what to do with myself
 
La playera 2, 3 y la sudadera 4 dicen: La, que en árabe quiere decir No.
 
Luego entonces la escena real fue:
 
Primer paquete: ¿Es este mi regalo? R: No se que hacer con mi vida.
Segundo paquete: ¿Es este mi regalo? R: (La) No.
Tercer paquete: ¿Es este mi regalo? R: (La) No.
Cuarto paquete: ¿Es este mi regalo? R: (La) No.
 
 Las playeras llegaron de acá: https://notnorrah.com/ y desafortunadamente hay una persona en Doha que se quedó sin sus cosas.

Pero la anecdota en la que el universo me ofreció un regalo que no era y luego tres veces me confirmó que ese no era mi regalo no tiene precio.

El 2020 que no se queda quieto.
 

 

 

 

 

 

14.7.20

Sobre el conocimiento

Muchos de mis días giran en torno a reflexionar sobre el conocimiento. ¿Cómo se genera? ¿Para qué sirve? ¿Cómo se propaga? etc.

Uno de los puntos claves del conocimiento es que un conocimiento a fondo generalmente produce cierto grado de incertidumbre. La incertidumbre es inescapable. Por ejemplo, imaginemos que tenemos una regla en centímetros y medimos algo. Podremos con certeza únicamente medir las cosas que miden centímetros exactos. Pero para aquellas que miden fracciones de centímetros solo podremos aproximar nuestra medición. Y tendremos que tomar decisiones, si algo mide 55 cm justos podremos decir que mide 55, pero si algo mide 54.9 ¿Definiremos la respuesta como 54 o como 55? El problema escala con todo tipo de medidas, 54.91 y 54.99 tampoco son iguales.

Ahora bien, cada vez que se obtiene una mejor herramienta de medición, las decisiones que se toman de acuerdo a las mediciones cambian. Cuando se tenía una regla en centímetros las tolerancias eran en centímetros, cuando se tiene una regla en milímiteros las tolerancias cambian y ahora serán en milímetros. Juzgar el pasado, donde las tolerancias se permitían en centímetros a la luz de las nuevas herramientas es a la vez tramposo, y difícil de ignorar. Sin embargo, es quizá peor gritar que las cosas funcionaban con centímetros y que hacer las cosas en milímetros solo nos complica la existencia y entonces refutar por siempre la existencia del milímetro.

Parte del problema con lo expuesto con anterioridad es que no forma parte de nuestro curriculum educativo, el entender como cambia el conocimiento, como existe la incertidumbre y como estar siempre dispuesto a sopesar nueva evidencia para saber como afecta al día a día.

¿Por qué está esto presente en mi mente? Porque el conocimiento sobre el coronavirus se encuentra en una fase de cambio y acumulación de conocimiento, donde las incertidumbres del pasado son distintas a las del presente y las del presente serán distintas a las del futuro. Uno de los puntos clave sobre esto es por ejemplo la diferencia entre el contagio por estornudo contra el contagio por respiración normal. Cuando se piensa que la gente es contagiosa cuando estornuda alejarse de los que estornudan es lo correcto y el uso de cubrebocas pudiera no ser correcto pues daría una falsa sensación de seguridad. Cuando se piensa que la gente es contagiosa solo por respirar (emitir mientras respira o habla) las partículas entonces el uso del cubrebocas toma una dimensión distinta pues la protección continua es mucho más importante.

Es cierto que en el pasado el uso del cubrebocas parecía equivocado, el conocimiento ha cambiado y sugiere que su uso será benéfico. Juzgar el pasado a la luz del conocimiento presente para manifestar superioridad moral está mal, aferrarse al conocimiento del pasado está mal. Hay que aprender a adecuarse a los cambios en el conocimiento y a los cambios en las incertidumbres.

23.5.20

Coronavirus 2020

El 2020 se despertó a un evento histórico, una pandemia por un virus respiratorio nuevo. La humanidad completa parece susceptible y algunas características de la infección la hacen difícil de controlar a nivel poblacional:

En primer lugar los infectados son contagiosos antes de presentar síntomas que los identifican como infectados, en segundo lugar, el desenlace de la enfermedad es altamente variable desde cuadros leves hasta la muerte y la tasa de contagio es importante, cada enfermo es capaz de contagiar a 3 o cuatro individuos en promedio aunque están detectados algunos superdispersores que contagian a cientos de personas directamente.

Cualquier publicación contemporanea a este post entrará en suficientes detalles sobre la situación.

La única respuesta efectiva por el momento es intentar no contagiarse. Si de algún modo todos lograramos no contagiarnos la pandemia se extinguiría, pero eso no se ve realista a estas alturas del partido. Aún así la mejor estrategia es intentar retrasar en lo más posible la infección.

En ese sentido, retrasar lo más posible la infección me recordó un experimento de ciencia muy famoso: El experimento de los malvaviscos en Standford.

El experimento consistía en observar la capacidad de los niños para retrasar la gratificación con la promesa de que la recompensa en el futuro era mejor que la recompensa en el presente. Para la ejecución del experimento se les platicó a los participantes, todos ellos niños de menos de 5 años (creo, estoy recordando y parafraseando, si se quieren clavar en la textura busquen el estudio), que les iban a dar un malvavisco y que si querían se lo podían comer, pero que si podían esperarse cinco minutos antes de comerse el malvavisco les darían dos.

Algunos niños se comían el malvavisco inmediatamente, otros intentaban aguantar, pero sucumbían tras algunos minutos y finalmente otros niños conseguían esperarse los cinco minutos y se comían dos malvaviscos al final.

Los investigadores crearon una cohorte de seguimiento para observar como se desempeñaban los niños en el futuro respecto a su desempeño académico y a su calidad de vida y se observó que aquellos niños que habían podido aguantar los cinco minutos y que se habían comido los dos malvaviscos tenían el mejor desempeño y la mejor calidad de vida, y que existía una correlación entre la capacidad para retrasar la gratificación y obtener mejores recompensas en la vida, los niños que aguantaban 4 minutos parecían tener mejores desenlaces que los que aguantaban 3 y estos que los que aguantaban 2 y así.

Tradicionalmente estos resultados se han interpretado como que un pobre control de impulsos impide reflexionar sobre las consecuencias de los actos a largo plazo y le crea un peso infinito a los objetos en el presente por lo que todas las decisiones maximizan la recompensa en el presente y no la recompensa en el futuro. Un chocolate ahorita es mejor siempre que dos en el futuro, y un chocolate ahorita también es mejor no tener diabetes en el futuro y así.

Otra interpretación es que los niños que venían de ambientes en donde había suficiente estabilidad como para "creer" en el futuro podían tener confianza en el futuro y aguantar, mientras que aquellos que venían de ambientes inestables donde el futuro siempre es incierto no tenían manera de saber que el futuro podía tener recompensas reales y en esos casos solo el presente era válido.

Independientemente de los motivos por los que algunos individuos tienen capacidad para retrasar la gratificación, el poder retrasar la gratificación permite tomar decisiones con impactos distintos: Gastarse todo en una peda, o ahorrar para comprar un automóvil y tener un mejor alcance para el negocio, etc.

Reflexiono sobre esto porque en este momento la humanidad entera está sometida al experimento del malvavisco.

Se le pide a todos que retrasemos la gratificación inmediata del contacto social, de las reuniones, de las actividades deportivas y de muchas otras cosas, a cambio de la posibilidad de tener una mejor vida en el futuro donde tendremos nuevamente todo eso, pero en un ambiente nuevamente seguro. Esta seguridad vendrá ya se con una vacuna, o con unos mejores tratamientos médicos, o con mejores pruebas de detección, o con alguna otra cosa. Un malvavisco adicional en el futuro.

Todos los días vemos personas que, ya sea por su pobre control de impulsos, o por su desconfianza histórica por el futuro, salen a conseguir lo que perciben como el malvavisco del presente, lo único que vale la pena y tiene peso en sus decisiones. Por otra parte estarán los que intenten aguantar y aguantarán lo más que puedan, pero quién sabe si logren esperar hasta que les toque el segundo malvavisco. Aún así, mientras más logren aguantar mayores serán sus recompensas (el mundo tendrá mejor experiencia). Y finalmente estarán los que logren aguantar hasta que les repartan el segundo malvavisco, una vacuna o un tratamiento eficaz.

A diferencia del experimento (desde el diseño), el segundo malvavisco no está garantizado por default (tal y como pudiera parecer para algunos de los niños participantes), solo podemos creer que existirá.

Yo creo que habrá un segundo malvavisco al final de la larga espera. La larga espera tiene cara de ser una de 2 o 3 años. El tiempo nos proveerá con la respuesta real al más grande experimento de malvaviscos de la humanidad.

25.10.18

Decir ¡Hola!

Todas la mañanas llevo a mis hijas al kinder (ya tengo dos hijas). El kinder queda cerca de mi casa por lo que las llevo en una carreola doble. Ya podriamos irnos caminando todos, pero siempre salimos de la casa como 5 minutos antes de que suene el timbre y no alcanzaríamos a llegar. Y no me quiero despertar más temprano. El asunto es que mi hija la mayor, y ahora la menor por imitación, saludan a cuanta persona se les cruza en el camino. ¡Hola! ¡Hola!. Y casi todo el mundo saluda de regreso. Y es un buen momento en el mundo.

Algo que sucede que es simpático es ver mis prejuicios salir adelante, ¿a quién no saludaría yo?, y casi siempre es una especie de no llamar la atención, no que haya nada por lo que llamar la atención, soy el ñor que sale en bermudas y playeras con monitos a llevar a sus hijas al kinder, pero la idea de fondo es que el no llamar la atención facilitaría que alguien con "no tan buenas intenciones" apunte sus intenciones a otro lado.

Pero mis hijas no tienen tantos filtros como yo, y saludan a todo el mundo, y me sorprende que hay muchas personas que no pasan mis filtros y que asumo no saludarían ni a su propia familia, que amablemente regresan el saludo y sonríen. Me gusta pensar que el encuentro random con alguien que te saluda en la mañana solo porque si es también un buen momento en su día.

Hay una avalancha de meditación sobre estos pequeños detalles todos los días. Quizá luego regrese a hablar más de esos temas. Hoy solo vengo a decir ¡Hola! a ver a quién se le alegra el día.

10.10.17

A más de un año de distancia de la última entrada

No olvido este espacio, esté permanente en mis intenciones, pero no en mis acciones. Un poco porque siento que la única manera de seguir escribiendo es transormandolo todo en ficción y alegoría. Y no tengo ganas de convertirlo todo en alegoría.

Llevo ya casi cuatro años de tocar la batería, es muy interesante comenzar a sentirse baterista después de todo este tiempo. Pero sobretodo es muy interesante lo difícil que es ser un adulto torpe y que no sabe. Y que todos los demás esperen que en tu adultez ya seas. Y no que puedas seguir adquiriendo conocimiento y aptitudes nuevas.

Ya lo platiqué por ahí. Diez años duran lo mismo entre los 10 y los 20 que entre los 40 y los 50. Pero un niño que práctica 10 años la batería y a los 20 ya toca es un baterista, un adulto que práctica 10 años es un #chavorruco.

Ojalá con el tiempo dejemos de pensarnos como terminados y sigamos dandonos permiso los unos a los otros de aprender por siempre.

¿Y tú, a qué le vas a dedicar tus siguientes diez años de aprendizaje?

31.5.16

Cambios

Este año se murió Bowie, no soy fan ni me las sé todas, algunas me gustan otras no. Se murió Prince, no soy fan, me se algunas, ahora que murió me ha servido para redescubrir su música. Hace más de 20 años que se murió Kobain.

Todo cambia.

Así que me toca cambiar a mi también.

Mis servicios como profesor investigador ya no son requeridos por la universidad para la que trabajo, al parecer los alumnos de pregrado se quejan de mi porque les pido que lean para sus clases y después pongo en evidencia que no han leido. Me cuesta mucho trabajo que crean que pueden aprender sin leer. Mejor dicho, me cuesta trabajo que no se esfuercen por entender y se dediquen a repetir sin comprender.

Pero bueno, ese es solo el pretexto, la realidad es que para aquellos que detentan el poder por acá es más fácil cuando el barco no se agita, cuando nadie pide ver las fotos, cuando nadie hace notar que las sumas no cuadran. Entonces se pueden graduar alumnos sin importar si nunca hicieron ningún experimento o si los controles fueron trasplantados de un experimento a otro. De otro modo todo es más difícil, hay que repetir experimentos, hay que poner atención, en una de esas hasta es posible enterarse que la hipótesis que le es querida a uno no es compatible con la realidad.

Creo que lo único que queda por decir es: No seré SNI III, pero al menos yo nunca he hecho trampa.

10.12.15

(A)Ficciones

Habitualmente comienza como a las 11 de la mañana, la sensación de un día perdido, de una idea más que se marchita y cae del árbol de las posibilidades. En otras ocasiones, como hoy, se presenta en la punta de la rama un brote de color, la promesa de algo fructifero. Pero, siempre hay un pero, al igual que la flor no llegará a fruta más que a través del arduo trabajo de las abejas polinizantes, la idea necesita trabajarse. No, no necesita trabajarse, demanda trabajarse. Se convierte en un punto focal de atención y no es posible evitarla.

Y así mientras está uno trabajando una idea, las distracciones, se suceden las unas a las otras, como insectos, como lotófagos, devoradores de flores.

Pero la idea...