Te escribo desde el fondo del deseo, hoy quiero que sepas que te deseo, quiero que sepas como te deseo, no estoy seguro de poder describir cuanto te deseo.
Te deseo al despertar, te deseo en sueños, te deseo un momento y al momento siguiente me encuentro deseandote una vez mas.
Te deseo cuando te veo y te deseo cuando no te veo, te deseo desnuda, te deseo en la cama, te deseo desde mucho tiempo antes de llegar a la cama.
Deseo explorarte, buscar lugares de ti que nadie sabe que existen, encontrar combinaciones ocultas para inflamarte de placer. Deseo que te pierdas en mi deseo, que te conviertas en deseo.
Deseo salir contigo y caminar sabiendo que al final de la caminata, al final del dia, al final de cualquier cosa que sea que estemos haciendo nos espera la piel, la saliva, el sudor y los gemidos.
Deseo que grites con cada contracción, que inundemos el ambiente con nuestros ruidos, que aumentemos el nivel de escandalo en el mundo, que las paredes nos regresen en un rebote tardío el sentir de nuestras gargantas.
Deseo tocarte solo un poco y esperar que ese ligero roce crezca y se convierta poco a poco en una inquietud, en una comezón, en una presencia que necesita ser atendida, y entonces tocarte un poco mas, buscando que cada momento en que hacemos contacto se extienda hasta ocupar todo el espacio que le pertenece.
Deseo verte a los ojos y que te sientas atravezada y poseida, verte y que sepas que mas adelante no hay nada excepto nosotros perdidos en nosotros mismos encontrando el camino, a fuerza de besos, de caricias, de penetraciones.
Deseo entrar en la habitación en la que te encuentras, cualquiera que esta sea y sin decir nada arrancarte la ropa, tomarte en un embate descarado, dejar que me posea el instinto absoluto de poseerte.
Deseo compartirte mi placer, entregarte cada gota de mi, cada pulsación, cada oleada.
Deseo desnudarte y observarte, que formes una imagen permanente en mis retinas, que tu cuerpo se convierta en el trasfondo de todas las imágenes subsecuentes, cerrar los ojos y que mi mente te recorra, abrir los ojos y que mis labios construyan en mi interior el mapa tridimensional de tu cuerpo.
Mariana, te amo, te deseo.